jueves, 18 de julio de 2013

RESUMEN SEMINARIO BIOÉTICA: VACUNACIÓN



          Las vacunas por mucho tiempo, han sido un gran beneficio para el bienestar de la población. Ya que su función principal es la protección de un sujeto mediante la introducción del mismo virus (en concentraciones menores y estudiada) para que éste genere anticuerpos. De esta forma, se ha logrado evitar terribles epidemias y muertes en todo el mundo. Uno de los tantos beneficios que se han logrado es que han contribuido al aumento de la esperanza de vida.
          Un controversial componente de las vacunas, es el timerosal; este es un componente órgano-mercurial que contiene 50% de mercurio, ha sido utilizado como preservante en la producción de vacunas desde 1930, fundamentalmente, para evitar la contaminación. A partir de esto, se han generado dilemas sobre un posible daño neurológico; incluso, en nuestro país hubo una denuncia debido a que post vacunación un niño presentó índices de autismo. En un estudio realizado el 2007 por el  Comité Consultivo de Inmunizaciones (CCI) de la Sociedad Chilena de Infectología, se concluyó que no existe evidencia de eventos adversos en lactantes o niños por exposición al timerosal contenido en vacunas rutinarias y, por lo tanto, no habría razón para modificar las actuales prácticas de inmunización en Chile. Cabe destacar que a partir del año 2006, se disminuyó la cantidad de este componente en las vacunas aplicadas en nuestro país.
          Otro punto a destacar es que existe un Programa Nacional de Inmunización (PNI), el cual cuanta con 13 vacunas de carácter ineludible y establece las edades en que estas deben ser aplicadas. Debido a la exigencia de este programa, es que se podrían ven transgredidos los principios bioéticos como la autonomía, beneficencia y justicia; siendo el primero de éstos el más vulnerado, ya que la persona debería tener toda libertad de acción, en otras palabras, capacidad de tomar decisiones por sí mismo, sin intervención ajena. Esto se relaciona con la dignidad, un concepto que se ha convertido en un dilema práctico, político y social.
          Muchas veces no se informa completamente a la población acerca de lo se le proporciona; sobre todo si es posible que la vida de una persona corra riesgo.  Que se cumpla el protocolo de proporcionar el consentimiento informado es fundamental en temas relacionados con la salud, ya que la gente suele confiar en lo entregado por las autoridades. La entrega de información tiene directa relación con la opción a decidir de la gente.  En consecuencia, es cuestionable si una persona debería tener la capacidad de elegir ser vacunada o no y si el gobierno, por ser una autoridad que debe resguardar el bienestar de la población, está en su deber de obligar a sus ciudadanos a vacunarse. Además, se debería considerar una mayor equidad entre el sistema de salud público y privado, sobre todo en el precio y la composición de las vacunas. Esto otorgaría al paciente la confianza suficiente para aceptar los programas ya mencionados en la investigación.



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